Me dejaste justo en el momento que empezaba a quererte. Me dejaste, pero yo me fui con vos. Me dejaste y me deje. Y tal vez en su momento sólo me enojé, y los días pasaban y cuando aparecías en mi mente simplemente me deshacía del asunto distrayéndome. Pero, ¿qué paso cuando no me distraje? Estabas ahí, en mi mente, agarrado de mi corazón y es que a veces no queremos escucharnos, porque la verdad es más dolorosa y difícil que aceptarnos.
Y cuando me escuché, tuve que aceptar que te quería, y mucho... pero con vos ausente. Una ausencia que destroza el alma, que hiela el pellejo y que solloza en las noches. Una ausencia que anhelo sea presencia, una ausencia que se funde en una almohada de lágrimas, una ausencia que carcome los huesos y duele más cuando te veo pero no te tengo.
Por momentos quiero disfrazarme de que no te quiero, convencerme que no me haces falta, poner mi amor en una caja y huir de él. Por otros quiero huir de mi pero no de los sentimientos, quiero ocupar el cuerpo de un amigo, de tu mamá, de alguien en quién confíes y poder abrazarte bien fuerte. Y otras tantas quiero que vos estés dentro mio, para que te veas con mis ojos, y me entendieras. Y la minoría de las veces quisiera ser vos, y verme de tu perspectiva, pero me daría miedo enfrentarme a tu opinión. Porque cuando queres, te queres siendo querido, te queres queriendo, y te quiero queriéndome.

No te valoré, no supe darte el valor que merecías, te quise, sí y mucho.... pero no te lo demostré, Quise hacerme la fuerte y decidir en el vamos que íbamos a ser. Es un poco ilógico para mí tener estos sentimientos por un amor tan fugaz, tan superfluo, ¿cuánto te pude saborear? ¿cuánto me duraron tus besos, tus abrazos, tus consejos? Que injusto haberte disfrutado tan poco, que injusta que fuí por no haberte sabido elegir, por no haberte sabido cuidar.
Y ahora... ahora me tengo que bancar que alguien más lo haya hecho, que alguien más ocupe ese lugar, con bronca, con dolor, pero teniendo que hacerlo, porque fue mi culpa, porque las personas como vos se merecen lo mejor, y yo no supe dartelo, pensé que podia revertir mi error, pero hay trenes que pasan solo una vez en la vida.
Dicen que las mejores historias son esas cortas, esas que no llegamos a descifrar, que cuando las contamos sentimos lo mismo que en el momento que la vivimos... me cuesta mucho hablar de vos en pasado, creo que todavía no caigo en la realidad, tendría que ser más fácil para mí dejarte ir, soltarte y alegrarme porque estas feliz con alguien más. Pero no puedo, no puedo porque sé que eramos el uno para el otro, y sé que no terminé de decirte lo mucho que significabas para mí, pero quiero hacerlo al menos por acá aunque nunca lo leas; venía tan mal, y vos me sacaste las mejores sonrisas, volví a creer en alguien, y a ver que había mejores personas de las que yo estaba acostumbrada. Con tus mates, tus sonrisas sinceras, tu piel suave, y tus abrazos de oso, tu compañía, tus "dale metele" y tu interés constante en todo lo que me proponía o hacía, tu sencillez, tu amor hacia tu hermana, hacia tus amigos, tus cagadas a pedo por ser una porteña que no sabía marcar tu provincia en el mapa, hasta comprarme una pepsi para que este feliz el primer día que nos pusimos a estudiar, tus "me enamoré" cada vez que me veías a cara lavada o con los anteojos. Realmente perdóname, o mejor dicho, me tengo que perdonar a mi misma (lo más difícil) por no haberte aprovechado y apretujado lo más que podía mientras eras mio.
Qué triste es ver que sos todo lo que yo sabía que eras con otra, por miedo, por meterte en la misma bolsa tal vez... no quise ser yo misma del todo, y ahora pago ese precio, y el más caro... que es el de verte con otra, que te debe merecer, pero yo sé que te merezco más.
Yo creí que ya había vivido lo peor, que no había nada más difícil que el amor a distancia, y ahora me doy cuenta que lo peor es tenerte cerca, tener que verte y no poder correr a abrazarte, no poder preguntarte como te sentís, tratarte como solo un conocido, ver lo perfecto que sos lo único que hace es hacerme retrucar todo el tiempo por qué por qué la cagaste Maira, por qué lo dejaste ir, y ahora que más me queda? aceptar esta dura realidad, que yo sé que no debería ser así, que debería estar yo en ese lugar, que ese es el destino que tendría que haber corrido para ambos. Y aunque nunca lo leas, necesito escribir que me arrepiento y que espero que la vida nos de revancha.


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