Graaaaaaaacias!

contador de visitas

martes, 24 de mayo de 2011

Se fue, cobarde, se fue. Huyó de todos los problemas que lo rodeaban. Se fue, sin decir nada, sin dar explicaciones, con sus ojos concentrados en el suelo, y un silencio aturdidor. Se fue sin por lo menos decir adiós, pero su cuerpo gritaba desesperado que jamás volvería. Se fue, sin rumbo alguno, pero donde le convendría, lejos, lejos se fue. Libertad era lo que buscaba, y yo se la habría dado si por lo menos un día le habría interesado mi bienestar. Pero no, y se fue, decidió irse. Inoportuno (lo necesitaba). Huyó, y corrió al olvido. Maldito cobarde, ojalá te pierdas en tu propio laberinto.